Cuando me convertí en diseñadora web, nunca pensé que mi camino me llevaría a convertirme en una «mentirosa profesional». Pero aquí estoy, escribiendo como si fuera otra persona, contando historias que nunca viví, y sintiéndome como una impostora en mi propio trabajo. ¿Cómo llegué aquí? Bueno, la respuesta es sencilla: la inteligencia artificial.
El Inicio de una Vida de Mentiras
Hace algunos años, empecé a usar herramientas de inteligencia artificial para mejorar mi flujo de trabajo. Como diseñadora web e ingeniera de prompts, me fascinaba cómo estas herramientas podían generar contenido relevante con solo unos clics. Es una experiencia emocionante y fascinante para mí. Imagina tener una máquina que puede escribir por ti, que entiende tus necesidades y las de tus clientes. Es como tener un asistente perfecto que nunca se cansa y siempre está disponible. Sin embargo, lo que no anticipé fue cómo este proceso me convertiría en una mentirosa profesional, una autora invisible detrás de palabras que nunca podría reclamar como propias.
El Rol del Creador de Contenido en la Era Digital
Escribir en primera persona para los clientes significa asumir sus voces, contar sus historias y, en esencia, «mentir» sobre quién soy. Y aunque «mentir» suena fuerte, así es como me siento algunas veces. Mi nombre es Yanina Muñoz, y soy quien escribe como si fuera otra persona, casi todo el tiempo. Soy una creadora de contenidos que se desliza en las mentes de mis clientes, haciéndome pasar por ellos, narrando como si hubiera vivido sus experiencias, sentido sus emociones.
Cada vez que escribo contenido en primera persona, siento una mezcla de orgullo y culpabilidad. Orgullo porque puedo crear algo que resuena, algo que parece auténtico y normalmente lo es. Culpabilidad porque, en realidad, estoy contando una historia que no es mía. Y en esa pequeña mentira, hay una verdad más grande: la necesidad de conectar y de contar historias que importan. La inteligencia artificial ha hecho de esto una segunda naturaleza, una herramienta indispensable que, irónicamente, me permite ser más humana en mi enfoque. Pero, ¿a qué costo?
¿Por Qué Mentimos? La Necesidad de Autenticidad en el Marketing Digital
Vivimos en un mundo saturado de contenido. Todos los días, los usuarios están expuestos a miles de mensajes publicitarios. En este mar de información, la autenticidad se ha convertido en una moneda valiosa. Los consumidores quieren sentir que están hablando con personas reales, no con marcas sin rostro. Quieren historias, emociones y experiencias que puedan sentir como propias.
Aquí es donde entra mi trabajo como creadora de contenidos. Mi objetivo es tomar la voz de mis clientes y amplificarla. Hacer que suene real, que toque fibras, que parezca auténtica. ¿Pero es realmente auténtico cuando es alguien más quien lo está escribiendo? Como copywriter, he aprendido a mimetizarme. A veces, me siento como un camaleón de la IA, adaptándome a cada tono, cada matiz, cada pequeña particularidad que hace única la voz de un cliente y le ayuda a conectar con su público. Dejo de ser yo por unos instantes, para ser el cliente que escribe para su público.
La Dicotomía de la Autenticidad
En la era de la inteligencia artificial, la autenticidad puede parecer una paradoja. Usamos máquinas para crear contenido «humano». Y sin embargo, aquí estamos, cada vez más dependientes de estas herramientas para mantenernos al día con las demandas del marketing digital y la creación de contenido. La autenticidad se convierte en una construcción, algo que fabricamos con cuidado, con mucho cuidado, pero que también puede desmoronarse si no se maneja bien, y es allí donde mejor tenemos que mentir. Conociendo mejor a mis clientes y asumiendo más profundamente su rol, puedo “fabricar” mejor su autenticidad, una que sea real.
La Línea Borrosa Entre la Realidad y la Ficción
Hay una línea delgada entre contar la historia de alguien y fabricarla por completo. Como diseñadora web, a menudo tengo que navegar por esta línea, manteniendo el equilibrio entre ser fiel a la voz del cliente y ser fiel a mí misma al crear el contenido para los sitios que diseño. A veces, me sorprendo a mí misma preguntándome, ¿hasta qué punto estoy distorsionando la realidad para hacer que una historia suene más atractiva?
Por ejemplo, trabajé en el sitio web de un cliente y cuando redactaba el contenido para la sección “Sobre Mí” utilicé inteligencia artificial para hacer más atractivos los textos, sin perder originalidad ni autenticidad. Eso me hizo sentir una mentirosa, porque asumí el rol de mi cliente y reescribí los textos que me había dado. Cada vez que revisaba y corregía una frase escrita en primera persona, “soy…”, “quiero…”, etc, sentía que usurpaba el papel de mi cliente (y eso me hizo entender lo delicado de la redacción de textos en las profesiones de creadores de contenidos, copywriters y escritores fantasmas).
¿Es Esto Plagio de Almas?
El término «plagio» suele referirse a copiar las palabras de otra persona. Pero, ¿qué pasa cuando copiamos su voz, su identidad? Cuando uso IA para escribir como si fuera otra persona, ¿estoy plagiando su alma? Es una pregunta complicada, una que no tiene una respuesta clara. Pero lo que sé es que, como creadora de contenido, me muevo en un terreno ético resbaladizo, donde cada palabra, cada frase, puede sentirse como un acto de apropiación inescrupulosa a la vez que es un trabajo significativo que alivia el peso de la redacción de textos a mis clientes.
El Arte de la Escritura Fantasma: ¿Dónde Dibujamos la Línea?
Escribir como si fuera otra persona es un arte. No se trata solo de elegir las palabras correctas; se trata de entender la esencia de esa persona, sus deseos, sus miedos, sus motivaciones. Y para hacerlo bien, a veces necesito usar la IA para llenar los vacíos, para agregar detalles que hagan la historia más completa, más rica.
Pero, ¿dónde trazamos la línea? ¿En qué momento el uso de la inteligencia artificial se convierte en un acto de «mentir» en lugar de «crear»? ¿Cuándo la historia se convierte en una ficción completa en lugar de una representación genuina de la voz del cliente? Estas son preguntas que me hago a menudo, especialmente cuando me doy cuenta de que el límite entre la realidad y la ficción se vuelve cada vez más borroso.
Herramientas de IA y la Verdad: Una Relación Complicada
Las herramientas de inteligencia artificial son poderosas. Pueden generar contenido en segundos, adaptar estilos, incluso imitar voces. Pero también son solo eso, herramientas. No tienen juicio, no tienen conciencia, no saben si lo que están creando es verdad o mentira. Esa responsabilidad recae sobre nosotros, los creadores de contenido. Y es una responsabilidad que no tomo a la ligera, que me hace sentir una mentirosa cada vez más profesional y poner en duda si usar las herramientas de IA realmente facilitan la vida humana o la envilecen. Creo, y confío genuinamente, en que el uso de la inteligencia artificial trae enormes beneficios a la vida humana, en todos los ámbitos, y que como humanos somos capaces de perseverar en nuestra ética y mantenernos de este lado de la línea.
Cómo Mantener la Integridad en un Mundo de Mentiras
Entonces, ¿cómo podemos, como profesionales del marketing digital y la creación de contenidos, mantener nuestra integridad en un mundo donde la línea entre la verdad y la mentira se difumina constantemente? Aquí hay algunas estrategias que he encontrado útiles en mi camino como copywriter:
- Conocer a Tu Cliente Profundamente: Antes de escribir una sola palabra, invierto tiempo en conocer a mis clientes, leer sus textos y entender su voz. No solo sus negocios, sino también sus personalidades, sus historias y sus valores. Esto me ayuda a escribir desde una perspectiva de autenticidad, incluso cuando estoy asumiendo su voz.
- Ser Transparente Sobre el Proceso: Algunos clientes no entienden cómo funciona el copywriting o el uso de la inteligencia artificial. Ser transparente sobre el proceso puede ayudar a gestionar sus expectativas y asegurarnos de que todos estemos en la misma página sobre lo que es «real» y lo que es «creado».
- Usar la IA con Moderación: Hay que recordar que la inteligencia artificial es una herramienta, no un reemplazo para la creatividad humana. La uso para mejorar mi trabajo, pero siempre me aseguro de que el contenido final refleje la voz auténtica del cliente para quien escribo.
- Establecer Límites Éticos: Hay ciertos límites que no cruzaré. Por ejemplo, no crearé historias que sean completamente falsas o que distorsionen gravemente la realidad. Mi objetivo es amplificar la voz de mis clientes, no fabricarla.
- Reflexionar Constantemente Sobre el Impacto: A menudo reflexiono sobre el impacto de mi trabajo. ¿Estoy ayudando a mis clientes a contar sus historias de manera auténtica? ¿O estoy contribuyendo a la confusión y la desinformación? Estas reflexiones me ayudan a mantenerme anclada en mis valores y permanecer escribiendo con ética y mostrando la realidad de mis clientes.
Hagámonos algunas preguntas
1. ¿Es ético usar inteligencia artificial para escribir contenido en nombre de otra persona?
La ética de usar IA en la escritura depende del contexto y de la transparencia. Si se utiliza para amplificar la voz de alguien y se hace con su consentimiento, puede ser una herramienta ética. Sin embargo, cuando se usa para crear historias completamente falsas, la línea ética se cruza y se pierde la credibilidad.
2. ¿Cómo puedo asegurarme de que mi contenido sigue siendo auténtico cuando uso IA?
La clave para mantener la autenticidad es el equilibrio. Usa la IA para mejorar, no para reemplazar. Además, invierte tiempo en conocer a tu cliente y en entender su voz. La IA es una herramienta poderosa, pero no puede reemplazar el toque humano, ese toque sólo puedes darlo tú.
Reflexiones de una Mentirosa Profesional
En mi trabajo, hay días en los que me siento como una mentirosa profesional, una impostora en un mar de palabras ajenas. Pero la mayoría de las veces siento que estoy haciendo un buen trabajo al ayudar a otros a contar sus historias, a conectarse con sus audiencias de maneras que nunca pensaron posibles. La inteligencia artificial ha cambiado la manera en que creamos contenido, pero no ha cambiado la necesidad fundamental de ser auténticos, de conectar de verdad con las personas y de hablar con nuestra propia voz.
Lo que he aprendido es que, en el fondo, no se trata de la tecnología que utilizamos, sino de cómo la usamos. Podemos elegir usar la IA para engañar o para amplificar. Podemos elegir ser mentirosos o ser narradores. Y esa elección, al final del día, define quiénes somos como profesionales y como personas.
Reflexiona sobre el uso ético que le das a la inteligencia artificial en la creación de contenido. ¿Estás amplificando voces o fabricando realidades?